Manuel Martínez Morales
La tecnología nos descubre la actitud del hombre ante la naturaleza, el proceso directo de producción de su vida, y, por tanto, de las condiciones de su vida social y de las ideas y representaciones espirituales que de ellas se derivan. Carlos Marx
La biología sintética es un nuevo campo de investigación que combina ciencia e ingeniería. Su objetivo es el diseño y construcción de sistemas biológicos artificialmente, es decir a partir de componentes ensamblados en un laboratorio. Se entiende por "sintético" a la conjunción o aporte de dos o más características, conocimientos, métodos, destrezas (ejemplo: física, química, informática, matemáticas, ingeniería) diversas que llevan al origen de un producto nuevo y diferente como en el caso de la producción de virus (ingeniería, informática, física, química, virología) y la transferencia de un material genético a otros que no lo tienen; dando lugar a un producto similar, mediante la manipulación genética en laboratorio.
En días recientes, revistas científicas y agencias de noticias dieron a conocer que la primera célula sintética ya es una realidad. Científicos del Instituto J. Craig Venter, ensamblaron un genoma bacterial y lo trasplantaron al citoplasma vacío de una bacteria similar, creando la primera célula autorreplicadora sintética. El equipo de Venter había logrado crear un genoma sintético y trasplantar un genoma de una bacteria a otra, pero en esta ocasión combinaron las dos técnicas.
“Es la primera célula autorreplicadora en el planeta cuya progenitora es una computadora”, dijo Venter en alusión al hecho de que su equipo convirtió un genoma que existía como información en una computadora en parte de un organismo que se comporta como un ser vivo. Los científicos crearon el nuevo genoma usando secuencias de ADN que inicialmente fueron ensambladas por una máquina, pero se usaron bacterias y células de levadura para unirlas y duplicar la información genética que contenían.
Lo que me parece el mayor aporte, desde la perspectiva puramente científica, es el hecho de que la estructura del genoma existiera solamente como información almacenada en una computadora, y que fuese posible “transducirla” en una estructura física. Se abre un camino de enormes posibilidades teóricas e inimaginables aplicaciones, como la clonación virtual, de la que ya nos ocuparemos en alguna futura entrega.
Venter mismo sostuvo –correctamente- que su equipo no creó vida. “Hemos creado la primera célula sintética. Definitivamente no hemos creado vida de la nada porque usamos una célula receptora para activar el genoma sintético”, explicó. El trabajo del Instituto J. Craig Venter fue una “demostración de principio”, pero futuras células sintéticas podrían ser usadas para manufacturar medicamentos, biocombustibles y otros productos. “Tan pronto como el año próximo, la vacuna contra la influenza que uno pueda obtener podría haber sido creada sintéticamente”, declaró Venter.
El científico dijo que el procedimiento puede ser un instrumento importante para manejar procesos biológicos. Con este método, científicos proyectan diseñar algas que puedan atrapar el dióxido de carbono y producir otro tipo de hidrocarbonos de utilidad en refinerías. También podría usarse en la creación de sustancias o ingredientes alimentarios y hasta en la limpieza del agua. “Esto se convierte en una herramienta muy poderosa para tratar de diseñar lo que queremos que haga la biología. Tenemos una amplia gama de aplicaciones en mente”, dijo Venter.
Empero, la biología sintética debe considerarse en la esfera de las condiciones de la vida social, como indica Marx. Puede haber un mal uso de las bacterias de laboratorio (células sintéticas) para la producción de sustancias tóxicas que se utilicen como armas biológicas, es decir, como instrumento del denominado bioterrorismo; esas armas podrían ser una amenaza contra la seguridad pública –dice Arnaldo Krauss en un artículo reciente (Ciencia: ¿hasta dónde?, La Jornada, 26/05/10). Pero otro uso cuestionable, prosigue Krauss, se refiere a la propiedad intelectual del descubrimiento. La patente y sus posibles usos pertenecen a Venter, lo que implica que él tiene derecho para utilizarla de acuerdo con sus intereses empresariales. El mal uso de la ciencia profundiza las diferencias entre ricos y pobres y se vende al mejor postor.
En fin, todo descubrimiento o innovación científica entraña contradicciones que estamos obligados a desentrañar para hacer de la ciencia un instrumento benéfico, y no opresivo y enajenante, para la humanidad.
Hay que reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.
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