Manuel Martínez Morales
¿Sabías que, a la fecha, más de 4 millones de niños entre los 5 y los 11 años tienen exceso de peso, mientras que uno de cada tres adolescentes lo padecen?
Acuerdo nacional para la salud alimentaria.
Luego de varias rondas de la acostumbrada demagogia, cristalizada en discursos mentirosos acerca de la preocupación del gobierno federal sobre del bienestar de los niños mexicanos, los Secretarios “chatarra” –el de Educación y el de Salud- finalmente dan a conocer el “Acuerdo nacional para la salud alimentaria, estrategia contra el sobrepeso y la obesidad”, mediante el cual tratan de justificar la continuada venta de comida chatarra en las escuelas. Venta que, como se ha señalado repetidamente, rinde beneficios por miles de millones de pesos anuales a las empresas fabricantes de estos productos. Beneficios que seguramente “salpican” a los líderes del SNTE, a funcionarios de las Secretarías mencionadas y, probablemente, a empleados de otras dependencias. Si no es así, ¿cómo explicar el desmedido afán –que no muestran en el cumplimiento de sus funciones- de tan altos funcionarios por defender los intereses de los fabricantes de comida chatarra?
Entre otros productos “permitidos” (ojo: para combatir la obesidad en niños y jóvenes escolares) se encuentran: jugos y néctares Del Valle; bebidas Ades “light”; botanas de Sabritas como Sun Chips Frutas, Proffets caramelo y Twistos horneados; de Barcel, las Ricolino Fruti Gomas enchiladas, el Bubu Lubu y la paleta Coronado; de Bimbo, el Marinela Tubix; de Holanda, el helado Solero; refrescos “light”, y así por el estilo. (La lista completa puede encontrarse en: www.insp.mx/alimentosescolares/)
Al respecto, denuncia Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor: "Es mentira que la nueva versión de los lineamientos para la venta de bebidas y alimentos en las escuelas sea tan efectiva como la versión original, ya que finalmente se permitirán azúcares y hasta refrescos, con lo que seguiremos viendo los mismos hábitos de consumo. Además señaló que mientras persista cualquier tipo de comida chatarra en las escuelas, la epidemia de obesidad infantil seguirá.”
Calvillo asegura que el acuerdo queda lejos de lo que se propuso en un primer momento, y difícilmente llevará a los niños a cambiar de hábitos. "No habrá un cambio sustancial en la ingesta calórica y en los hábitos de consumo pues los niños tendrán a disposición productos con calorías, azúcares y químicos envueltos en empaques de colores y demás para hacerlos atractivos", indicó.
Respecto a la afirmación de los secretarios de Salud y Educación en torno a la efectividad de la medida, Calvillo sostiene que eso es una "mentira total", toda vez que en la primera versión había listados en los que no entraba ningún tipo de pan dulce.
"Y ahora habrá hasta pastelitos, cuya densidad energética es mucho mayor. Sin duda lo que quedó es un esperpento, algo alterado, pues los niños también tendrán a su disposición dulces con alto contenido de azúcar y hasta refrescos light", afirmó.
Calvillo subraya que el hecho de que en primaria sigan vendiéndose jugos y néctares implica un riesgo. "No cambia nada, pues tienen las mismas cantidades de azúcar añadida; incluso para los néctares ni siquiera existen normas, lo que lleva a que contengan un porcentaje mínimo de jugo concentrado y esté reducido con agua, saborizantes y azúcar", sostuvo al añadir que es muy similar a los refrescos.
Más aún -advierte- se permite la introducción de bebidas “light” que, pese a asegurarse de que no hacen daño, existe incertidumbre sobre sus riesgos. El 24 de febrero de 2008 se presentaron las Recomendaciones sobre el Consumo de Bebidas para una Vida Saludable para la Población Mexicana -que fue conocida como La Jarra del Bien Beber- la cual, en el nivel 4 correspondiente a las bebidas con edulcorantes artificiales no calóricos, cita: "No se recomienda su consumo en preescolares y escolares". (www.elpoderdelconsumidor.org)
Tales recomendaciones fueron reproducidas en el Manual para el maestro del programa Escuela y Salud, distribuido entre maestros en agosto de 2009, al igual que en el documento Curso Básico de Formación Continua para Maestros en Servicio 2010, elaborado por la SEP.
Nada de esto se tomó en cuenta para elaborar el nuevo acuerdo; el cual sólo legitima la venta de comida chatarra en las escuelas primarias y secundarias, demostrando una vez más que sigue prevaleciendo el interés del capital por encima del bienestar y la salud de los niños mexicanos.
Hay que reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.
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